Quien ama a una mujer, las ama a todas.
Pero aquella a quien amas es la más ajena, la distante.
¿Un amor compartido nunca se olvida?
¿Los amores imposibles perderán la memoria?
Hay amantes que se encuentran unas horas
y acaso son felices.
Hay amantes que no se encuentran nunca
pero son felices, esperan.
También el monje en su celda siente a veces
que Dios no escucha su plegaria.
El deseo tiene el sabor de las uvas del infierno.
Hasta en el amor más puro
hay siempre sufrimiento,
el amor más sublime también morirá.
Lo efímero angustia, lo duradero cansa.
La felicidad es sórdida, amenaza.
Demasiadas ausencias:
lejos de quien creíamos estar enamorados,
lejos de quien hubiésemos
querido amar.
Poema incluído en el Boletín Literario Basta ya! Marzo - Abril 2014
Contacto: www.boletinliterariobastaya.blogspot.com
eduardoplanas2001@hotmail.com
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